• 24 nov 2013

    Tengo ganas de ti - Frases favoritas

    Fue uno de lo primeros libros que leí, guarde bastantes frases, que me gustaron, y estoy de acuerdo con ellas. 
    "Y ahora ya no tengo dudas. No tengo remordimientos, ya no tengo sombras, no tengo pecado, no tengo pasado. Sólo tengo unas ganas enormes de volver a empezar. Y de ser feliz. Contigo, Gin. Estoy seguro. Sí, es así. ¿Ves?, hasta lo he escrito: «Tengo ganas de ti."
    Cuando pierdes tiempo al teléfono, cuando los minutos pasan sin que te des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando piensas que si alguien te escuchara creería que estás loco, cuando ninguno de los dos tiene ganas de colgar, cuando después de que ella ha colgado compruebas que lo haya hecho de verdad, entonces estás perdido. O mejor dicho, estás enamorado, lo que, en realidad, es un poco de lo mismo...
    Yo te digo: lánzate de cabeza, encuentra alguien a quien amar con locura y que te ame de la misma forma. ¿Cómo encontrarlo? Olvídate del cerebro y escucha tu corazón.
    Consigo cogerle la mano y llevármela a los labios. La beso dulcemente. Es suave, fresca, está perfumada. Vive una vida propia, a pesar de todo lo que ha tocado. Y la beso de nuevo. Sólo con los labios. Entre sus dedos. Hurgando, frotando, escurriéndome, sin frenar, dejándome llevar, cayendo. La veo cerrar los ojos, dejar ir la cabeza hacia atrás en el respaldo. Ahora hasta el cabello está abandonado. Le doy la vuelta a la mano y le beso la palma. Me coge la cara dulcemente mientras respiro entre sus líneas... La vida, el destino, el amor. Respiro despacio sin hacer ruido De repente ella abre los ojos y me mira. Parecen distintos, como cristalinos, apenas empañados por un velo ligero. ¿Felicidad? No lo sé. Me miran de soslayo en la penumbra. Ellos también parecen sonreír.
    Cómo besa. Cómo besa... Cómo decirlo..., ¡no sé cómo decirlo! Un beso lo es todo. Un beso es la verdad. Sin demasiados ejercicios de estilo, sin retorcimientos extremos, sin enroscamientos funambulísticos. Natural, lo más bonito. Besa como a mí me gusta. Sin tener que representarse, sin tener que reafirmarse, sencillo. Seguro, suave, tranquilo, sin prisa, con diversión, sin técnica, con sabor. ¿Puedo? ¡Con amor! ¡Dios mío! No, eso no.
    Cuando las palabras no bastan. Porque dentro quema algo que no se pude decir. Que no se cosigue decir. Cuando quien tienes delante en lugar de darte la respuesta que querías, dice otra cosa. Dice más, dice demasiado. Ese demasiado que es nada, que no sirve para nada. Y que hace el doble de daño. Y el único deseo es devolverle ese dolor. Hacer daño. Esperando así sentirse un poco mejor.
    Y he decidido vivir mi vida como un cuento de hadas. Sólo que éste aún no está escrito. Soy yo la que elijo, paso a paso, momento a momento, soy yo la que escribo mi cuento.
    A veces hacemos cosas estúpidas. Y no precisamente cuando estamos enamorados, sino cuando creemos estarlo.
    Me levanto, me siento a su lado y le doy un beso. Largo, larguísimo, con los ojos cerrados. Un beso totalmente libre. Y el viento intenta pasar entre nuestros labios, nuestra sonrisa, nuestras mejillas, entre nuestro pelo... Nada, no lo consigue, no pasa. Nada nos separa. Sólo oigo pequeñas olas que se rompen debajo de nosotros, la respiración del mar, que hace eco en nuestras respiraciones, que saben a sal... Y a ella. Y por un instante tengo miedo. ¿De tener ganas de perderme otra vez? ¿Y después? ¿Qué pasará? Bah. Me relajo. Me pierdo en ese beso. Y abandono ese pensamiento. Porque es un miedo que me gusta, sano. De repente Gin se aparta de mí, se aleja y me mira fijamente. -Oye, ¿por qué me miras así? ¿En qué piensas? Le cojo el pelo que el viento le ha echado hacia delante. Se lo recojo dulcemente en mi mano. Después se lo echo hacia atrás, liberando su cara, aún más bella. -Me apetece hacer el amor contigo. Gin se levanta. Coge la chaqueta. Por un instante parece enfadada. Después se vuelve y esboza una preciosa sonrisa.
    -¿Me llamarás luego? -Sí, quizá te llame. -Nada de quizá. ¡Hablamos luego! ¡Y llámame sin la elle!
    Quiero decir, lo que en un momento concreto nos parece perfecto, con el paso del tiempo, puede no serlo. Quizá entendamos que no era tan perfecto, y aunque lo hemos perdido, nadie dice que no podamos volver a encontrarlo, o incluso encontrar algo mejor.
    A veces hacemos cosas estúpidas. Y no precisamente cuando estamos enamorados, sino cuando creemos estarlo.
    Puedes cambiar de cielo pero no puedes cambiar de estado de ánimo.» Lo que tienes que resolver está siempre dentro de ti, estés donde estés.
    En la vida siempre buscamos explicaciones. Perdemos el tiempo buscando un porqué. Pero a veces no existe. Y por triste que parezca, esa es precisamente la explicación.
    Han leído el libro, les gusto alguna? buen domingo

    3 comentarios:

    1. Que buen libro... Solo coincido con unas cuantas frases que a ti te gustan. Cuando yo lo leí no estaba pasando un buen momento sentimental y entonces me sentí más identificada con otras.

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    2. específicamente que querrá decir en su primer párrafo

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      1. El primer párrafo hace referencia al final del libro. Cuando Stephano se da cuenta de que Babi forma parte de un pasado al que no quiere volver y que verdaderamente quiere estar con Gin (a pesar de haberle sido infiel a esta última (Gin) con la primera (Babi)) Creo recordar también que se da cuenta de que quiere estar con ella cuando se entera de que ella llevaba enamorada de él desde mucho antes de conocerla. Por eso él decide dedicarle esas palabras, haciendo referencia a que efectivamente ha dejado ir todas sus sombras y está preparado para vivir mirando hacia adelante

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